Yo decido con quién, cuándo y cómo

“Ándale amor, te va a gustar” “Ya nos toca, ¿no?” “Así un rapidín y ya” “No seas mala, traigo muchas ganas” “Tú nomás recuéstate y ya” “Si te dejas, te asciendo”. Estos y miles de mensajes más escuchamos las mujeres en nuestra vida. Casi a diario recibimos propuestas, insinuaciones, o en el peor de los casos, mandatos, para acostarnos con alguien cuando muchas veces no lo deseamos en lo absoluto.

Este es un tema que afortunadamente ha tomado más vida de forma pública, y que reclama nuestra atención, firmeza y fortaleza. Eres dueña de tu cuerpo, y no hay nadie que pueda decirte lo contrario, ni que pueda forzarte a hacer algo que no quieres. En muchos casos nos vemos presionadas ya sea por el círculo de amistades o por nuestra primer pareja a tener relaciones cuando no nos sentimos listas, y por ello casi siempre termina mal, ya que él no sabe hacerlo bien, o porque no teníamos la voz para decir lo que nos gusta o inclusive lo que nos duele o desagrada.

Nuestro cuerpo, además de ser sagrado, tiene sus formas y caprichos, y debemos hacerles caso si queremos tener una buena relación con él. Si en algún momento no te sientes bien para tener relaciones, no tienes por qué ceder ante presión alguna, ni dar placer a alguien más. El sexo es para ser disfrutado, no es un trabajo ni una promesa de contrato. Si alguien te obliga a tener relaciones cuando no lo quieres, esa persona realmente NO te ama, y si llega a usar la fuerza física para lograrlo, es claramente una violación y tienes todo el derecho a alejarte de esa persona y hacer una denuncia legal.

Para tener una vida sexual, hay que aprender a comunicar lo que nos gusta y no. Este punto es clave para que nadie nos haga hacer algo que no queremos. Digamos que él quiere tener sexo anal y tú no. Debes ser clara y firme con tu respuesta, y proponer algo distinto. Si no respeta tu decisión, de nuevo, es alguien que no te ama y te está usando para satisfacer sus propios deseos sin tener en cuenta los tuyos.

Es solamente a través de la reeducación y el empoderamiento que este tipo de patrones van a cambiar. Puede que tome tiempo, pero mientras más seamos las que alcemos la voz y nos apoyemos, más pronto se hará realidad.