El sexo en la menopausia.
Toda mujer se enfrenta a una etapa en la vida en la que (de nuevo) todas las hormonas cambian y muchas áreas de la vida se ven afectadas o trastocadas. El sexo una de las cosas que tienden a tener un cambio a veces radical, pero eso no significa que el sexo se haya acabado, solamente se vuelve diferente, y esto puede ser bueno.
Lo que sucede en la menopausia es que el cuerpo comienza a producir menos estrógenos y menos testosterona, lo cual disminuye la líbido y provoca que la excitación sea más difícil de conseguir. Esos momentos de “mmm.. Eso se ve muy rico… uy, ya me mojé” disminuyen bastante, y es simplemente la señal del cuerpo de que la prioridad ya no es la función reproductora. Inclusive, el contacto sexual puede tomar más tiempo en calentar al cuerpo y “meterte en el estado”, ya que la vagina comienza a recibir menor irrigación sanguínea, y por lo tanto menor lubricación. El clítoris a su vez también recibe menos sangre, derivando en mayor dificultad para llegar al orgasmo y que este sea menos intenso. Sin embargo, todo esto es manejable.
Cuando una mujer logra atravesar algunos de los síntomas mentales comunes como estrés, ansiedad, cambios de sueño, control de esfínteres, etc.; se encuentra del otro lado con un poder aún mayor del que imaginaba, y para muchas, esto viene acompañado de un placer sexual mayor debido a varios beneficios. Por un lado, el miedo a embarazarse desaparece, y muchas veces los hijos, si los hubo, ya no son prioridad de cuidado. Por lo tanto, es un espacio para ser tú, para dejar atrás cualquier necesidad preexistente de encajar, de ser para los demás, o de reprimir una parte tuya. Es por eso que muchas mujeres encuentran una mejor vida sexual post-menopáusica.
Algunas recomendaciones a seguir son las siguientes:
*En caso de sequedad vaginal, puedes utilizar lubricantes y humectantes, evitando el uso de jabones o productos de higiene que resequen.
*Realiza ejercicios de suelo pélvico traer mayor irrigación sanguínea al área y así aumentar la sensibilidad vaginal y la intensidad del orgasmo.
*Si no lo has hecho, mastúrbate como una práctica de autoconocimiento, para poder redescubrir cómo han cambiado tus sensaciones y zonas de placer. Date el tiempo de volver a entrar en conexión con tu cuerpo que está un proceso de transformación.
Prueba con juguetes si no lo has hecho, como una manera de introducir nuevas formas de placer y quitar la presión de la penetración.
*Evita o reduce el consumo de alcohol y cafeína.
*Al dormir y si puedes durante el día, usa ropa cómoda que no apriete ni caliente mucho. Al dormir, usa sábanas suaves y mantén el cuarto en la temperatura fresca y agradable.
*Por último, existen cremas de estrógenos para el área vaginal que aumentan la lubricación, así como terapias de reemplazo de hormonas. Estas son medidas no naturales, pero en caso de que los síntomas sean muy difíciles, pueden ser una opción.
Nuevamente es de vital importancia tener una comunicación con tu pareja, especialmente si no sabe por lo que estás pasando. Esto te ayuda a no conllevar el proceso tu sola, y hacerle ver que algunas cosas están cambiando, y que puede que tengas nuevas necesidades sexuales o requieran modificar algo en cama. Recordemos que todo cambio y adaptación representa crecimiento.