Cómo la pornografía nos vuelve adictos.

Estás en casa, y más ahora, sin mucho que hacer. No tienes sueño, y hasta sientes aburrimiento. De pronto y de la nada surge un impulso que te lleva a masturbarte o a ver porno. Simplemente abres una ventana nueva en el buscador de tu computadora o celular, y en menos de 5 segundos tienes un millar de videos en la palma de tu mano. El mundo de la pornografía te ha atrapado.

Puede que lo veas como algo normal. O inclusive poco frecuente. Pero hay muchas y muchos quienes recurren a la pornografía de manera diaria, inclusive en varias ocasiones al día. Y esto se debe a que la misma actividad cerebral relacionada  las drogas y alcohol se activa. Sentimos una motivación, un impulso incontrolable y hasta un sentido de gratificación inmediata que es sumamente atrayente.

¿Cuáles son las señales de una adicción a la pornografía? Una necesidad consistente de consumirla, inclusive haciendo a un lado actividades que disfrutas, la compañía de otras personas o hasta relaciones personales. También existen problemas para manejar el comportamiento en intimidad y socialmente, inclinándose siempre hacia un incontrolable deseo por experiencias gratificantes, y la imposibilidad de sostener una relación humana a causa de ello. Esto puede llegar a mostrar síntomas fisiológicos.

Te sorprenderá que hay muchos casos registrados de hombres jóvenes de entre 18 y 25 con disfunción eréctil y con perfecta salud física, por lo que se han encontrado asociaciones al uso desmedido de la pornografía. ¿Cómo puede ser esto? Muchos expertos coinciden en que el cerebro necesita cada vez mayor estimulación, que en este caso es artificial, para excitarse. Por lo tanto, las relaciones humanas ya no generan ese brinco en el libido necesario para generar una erección. 

Un estudio realizado en 2015 determinó que el consumo compulsivo de pornografía era igual de adictivo que el consumo de cocaína y nicotina, consideradas dos de las drogas más adictivas en el mundo, especialmente en casos de personas con tendencias compulsivas.

Esto no significa que toda persona que consuma pornografía se vuelve adicta. Sucede lo mismo con otras sustancias como el alcohol. El uso medido no trae repercusiones a largo plazo por lo menos fisiológicas. Los factores genéticos, ambientales y psicológicos de cada persona son importantes a considerar. Pero un indicador bastante útil son los síntomas de abstinencia que van desde el mal humor, agresión o tristeza, hasta el esconderse o inventar excusas para seguir consumiendo a pesar de tener otras responsabilidades o hasta una pareja con quien vivir su sexualidad. Como pareja, es fácil notar la exigencia cada vez más irreal en las relaciones sexuales, o la insatisfacción derivada de las mismas.

Para poder tratar con ello, la ayuda psicológica es muy útil. También los círculos de apoyo como grupos de adicción encontrados alrededor del mundo. En el caso de los hombres, los círculos de hombres, cada vez más comunes, han apoyado mucho a trascender estas y otras adicciones. 

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