Cómo conectar con tu cuerpo femenino.
Recuerdo muy claramente esta mañana en mi departamento luego de unos 7 meses de haber llegado a la Ciudad de México. Me di un vistazo breve al espejo antes de salir: jeans rasgados, sneakers cómodos para caminar rápido por el metro y una camisa de franela a cuadros que me cubriera las nalgas para no sentirme observada. Mi cabello en una cola, mi rostro limpio. Me encontré con mi ojos, me desconocí un poco y de la nada traté de recordar la última vez que observé mi cuerpo desnudo. No tenía memorias decentes de mi tono de piel actual, tampoco recordaba los días que llevaba sin depilarme y no podía decir si había bajado o subido de peso.
Noté la desconexión con mi piel, y para considerarme ‘activista’ Body Positive, me sentí un poco avergonzada conmigo misma. Era momento de hacer un alto necesario. La ciudad comenzaba a cambiar mi ritmo y a cerrame los ojos.
Este contraste de conexión-desconexión es de lo más normal sin importar el estilo de vida que lleves, sin embargo, creo que lo ideal es pasar más tiempo en sintonía con tu cuerpo, y cuando esta pérdida de consciencia sucede, es necesario contar con herramientas para volver a ti; y después de varios años en mi proceso de amor propio creo que he recolectado una buena cantidad de métodos para que pongas en práctica y puedas reconectar con tu cuerpo en un período de tiempo considerablemente breve.
Toma nota:
Ponte primero y dedícate tiempo a solas. Cancela esos compromisos innecesarios de fin de semana (que seamos honestas, ni siquiera tenías ganas de cumplir) y quédate uno o dos días en casa o en cualquier lugar que te haga sentir cómoda. Regálate un baño largo y mantente presente mientras lo haces. Pon tu música favorita y prende velas. Lávate el cabello, exfolia todo tu cuerpo, aplícate una mascarilla facial, canta y baila. Cuando termines, quédate en bata o preferentemente desnuda.
Acomoda tu cuarto, llena la cama de sábanas y almohadas, bajas las luces, enciende inciensos y más velas (porque ¿quién no ama las velas?) y relájate. Prepara o pide tu comida favorita, ve una buena serie, lee un libro, duerme. La idea es estar a solas y regalarte las actividades que más disfrutes.
Actívate al despertar. Hace pocas semanas comencé a hacer una breve rutina de estiramientos por la mañana y a caminar-trotar por unos 30 o 40 minutos al aire libre antes de desayunar. Mi cambio de actitud y mejoría en mi enfoque fueron casi inmediatos. Es como estar sola con tu cuerpo y sentir conscientemente como despierta junto con la mente. Haz lo que funcione para ti, correr, hacer yoga, nadar, meditar. Y si puedes contactar con la naturaleza mientras lo haces, muchísimo mejor. No necesitas tanto tiempo para activarte, sé que todas nuestra rutinas de vida son distintas, pero date siempre un rato extra para ti por las mañanas. Pon la alarma 20 minutos antes de lo usual y adquiere este nuevo hábito. En un mes vas a agradecerte por haberlo hecho.