Ser espiritual es también ser sexual.
Es un hecho que el balance espiritual no puede llevarse a cabo sin la sexualidad, ya que es humana. Como seres sexuales, llevar una relación sana con nuestra sexualidad, no sólo en el ámbito teórico sino en el práctico, nos ayuda a tener este balance. Así como nutrimos nuestra mente con información, así como practicamos meditación y yoga, es importante explorar nuestra sexualidad.
Buscamos vivir holísticamente y no podemos vivir sólo cultivando nuestra espiritualidad sin cultivar nuestra sexualidad. La espiritualidad y la sexualidad crean un triángulo de placer. Los humanos somos mente, cuerpo y espíritu. Si nutrimos nuestro cuerpo y espiritualidad para tener armonía y paz, si tenemos sanos nuestra mente y cuerpo, podemos apoyar a que nuestra sexualidad sea sana y satisfactoria.
El amor es un sentimiento, el sexo es una práctica. Usa el sexo como una herramienta para nutrir todo tu ser incluyendo tu espíritu.