El secreto de la paz interior.
Cuando nuestros cimientos son fuertes, no hay emoción o situación que no podamos manejar. Esto no quiere decir que dejamos de sentir, sino que tenemos la fortaleza suficiente para sentir y mantenernos en nuestro centro al mismo tiempo.
Estos cimientos se construyen cuando conocemos y establecemos nuestros valores personales, deseos y límites. Si estás claro en ello, lo que pase en tu vida no va a sacar de armonía tu integridad.
Entre más claros estemos de quienes somos, más se disipa la confusión en nuestra vida y la toma de decisiones se facilita. Permítete vivir las emociones sin identificarte con ellas o con tus creencias e historias. Déjalas pasar como olas, respira y no te claves con ellas; así llegarás con mayor facilidad a conocerte y a encontrar la paz interna.