¡No explotes! Mejor aprende a lidiar con tus emociones.
Desde pequeños muchos nos han dicho la frase “Ya no llores…No te enojes…No te quejes…” o “ya no” a cualquier tipo de arranque emocional. Significaba que te callaras y que no mostraras emoción alguna. ¿Qué hacíamos? Nos guardábamos lo que fuera que sintiéramos.
Al paso del tiempo, esto va creando una coraza y una incapacidad para lidiar con las emociones. La mayoría no sabe qué hacer con ellas porque muchas veces les dijeron que estaba mal expresarlas. Acaban por suprimirlas y embotellarlas en su cuerpo, hasta que en más de una ocasión explotaron de forma poco saludable, para ellos mismos y otros. Le acaban gritando al vecino o a la pareja, en una tristeza constante, o en el peor de los casos, violentándose a sí mismos o a un ser querido. El caso es que no supieron sacarlas cuando necesitaban.
Hay otros casos en los que no miden sus reacciones emotivas, y hacen todo un show porque sienten algo y “tienen que” expresarlo sin importar las consecuencias. Ambos casos pueden ser desastrosos para las relaciones interpersonales. Hay maneras de comunicar lo que sentimos, sin perjudicar y sin guardárnoslo.
¿Qué tan diferente sería sentir la emoción, vivirla, respirar, y expresarla sin hacer daño? Permítete que esta emoción pase por tu cuerpo libremente, y después decir “Esto me causa enojo, no estoy de acuerdo, me entristece ver esto”. Es como dejar salir el aire de un globo lentamente, en vez de acumularlo adentro o explotarlo. Hay un largo camino en la inteligencia emocional, y un primer paso puede ser simplemente hablar lo que sentimos.