Derrite de sensualidad a tu pareja

Sí, leíste bien. La sensualidad no requiere forzosamente del sexo. De hecho, la palabra sensualidad lo dice muy bien: sentidos. Cómo estimulamos estos es un tema de infinitas proporciones y en el que podemos encontrar miles de caminos para el gozo sensual, contigo y con tu pareja por igual.

¿Cómo podemos vivir una vida sensual aún sin tener sexo, o además de él? Pues muy sencillo, veamos con qué sentidos contamos y cómo podemos estimularlos. 

El más conectado a la sensualidad como la conocemos posiblemente sea el tacto. Usar una prenda de seda, por ejemplo, le da gran placer a algunas personas y a algunas mujeres las hace sentir sumamente sexys. Estimular nuestra piel con distintas texturas como plumas, la lengua, un hielo, un masajeador, etc. nos brinda un abanico de sensaciones. Una de las técnicas más sencillas que erizan la piel es simplemente pasar los dedos por el cuerpo de la persona de una manera muy suave, apenas tocando. Se pueden usar la yema de los dedos solamente, o hasta las uñas. La clave es la sutileza.

El sentido de la vista es el más usado comúnmente por los humanos. Es mucha la información que recibimos por nuestros ojos, y a veces poca la que realmente nos hace sentir sensuales. Desde un paisaje bellísimo, una flor, una pintura, hasta un baile erótico frente al espejo o de tu pareja, nuestra mirada capta cosas que nos hacen gozar más y llenarnos de vitalidad. 

Mmm… El gusto… la habilidad de nuestra lengua y paladar de detectar y discernir sabores que van desde lo desagradable hasta lo orgásmico. Son pocas las personas que se pueden resistir a un mousse de chocolate, a un pay de su fruta favorita, o un mango bien jugoso. Como hemos compartido en otros artículos, hay comidas que nos elevan nuestro líbido, por sus propiedades y por su sabor que nos hace sentir que volamos. Usar este elemento en la cama es una gran herramienta erótica. Pueden comerse el postre mutuamente en el cuerpo del otro. ¡Eso sí que es delicioso!

El olfato es para muchos el más enigmático de los sentidos, ya que nos permite remontarnos a lugares y épocas en un microsegundo. Es también la compuerta a muchas emociones y sensaciones. Bañarse con agua florida, aplicarse una crema de aceites esenciales, un buen incienso, rosas. Cada quién tiene sus aromas preferidos, e impregnarse con ellos nos puede brindar una gran sensación de bienestar y hacernos sentir sensuales y atractivos. Es una gran idea siempre llenarnos de aromas agradables al estar con nuestra pareja. 

Y por último el oído, que pareciera ser un sentido nada sensual, aunque si lo pensamos, es la música la que nos hace mover las caderas, conlleva emociones y nos puede llevar hasta el trance. Los mensajes de amor que nos dicen o nos decimos nos han sentir sensuales, el sonido del mar nos cobija, y cantar está comprobado que nos eleva el autoestima y el humor. No hay nada mejor que recibir un cumplido sincero y amoroso, así que permítete hacerlo y recibirlo.

En general, vivir una vida de sensualidad es permitirte gozar de ella con todos tus sentidos, y utilizarlos en la cama y fuera de ella. Con tu pareja y contigo misma o mismo, incorpora todas las cosas que te estimulan y te hacen sentir feliz y sensual. Ve más allá de lo convencional y busca lo que más te atraiga para estimular tus sentidos. En gustos se rompen géneros y ¡material para disfrutar hay mucho!