¿No puedes llegar al orgasmo?
¿Tú o alguien cerca de ti tiene problemas para llegar al orgasmo? ¡Qué frustrante! El orgasmo es tal vez la sensación más placentera y completa corporal que alguien puede sentir. Desgraciadamente, existe una condición llamada anorgasmia. Esta es básicamente la inhabilidad de llegar al orgasmo, aún existiendo estimulación sexual e inclusive tiempo suficiente para llegar a él.
Aunque hay distintos grados de anorgasmia, que dependen de la frecuencia con la que se presenta, se suele dividir en 2 tipos: Anorgasmia primaria y secundaria. La primaria es aquella que aparece de forma congénita o permanente, es decir, que nunca ha llegado a un orgasmo, y es más común en mujeres que en hombres, con un 5% aproximadamente de la población sufriendo por ello. Se piensa por médicos, psicólogos y sociólogos que esto puede ser debido a una falta de estimulación apropiada, o por un bloqueo psicológico al considerar la sexualidad femenina como impura, sucia o desagradable, un remanente de la era victoriana y su represión que hoy en día aún existe en muchas sociedades. En círculos religiosos
La anorgasmia secundaria es aquella en la que la persona ha perdido habilidad de tener orgasmos o estos han reducido su intensidad. Se asocia principalmente al alcoholismo, tristeza melancólica, depresión, cirugía pélvica como histerectomía, ciertos medicamentos, falta de estrógeno en menopausia, fatiga crónica, o violación. En el caso de hombres la prostatectomía suele ser la causa mayor para la anorgasmia secundaria, ya que al operar la próstata fácilmente se dañan los nervios periféricos que apoyan a la respuesta sexual. Se le suele llamar también eyaculación retardada en hombres.
El primer diagnóstico y tratamiento recomendado es por la vía psicológica, ya que en su mayoría se suele asociar con ello. Una vez que esta vía se haya agotado, se puede proceder a hacer exámenes más extensos para encontrar la raíz fisiológica. La neuropatía diabética, la mutilación genital, la esclerosis múltiple, la cirugía genital, el trauma pélvico, los desbalances hormonales, las heridas de la espina dorsal, entre otros, pueden ser causas considerables. Otra muy importante es el uso de cierto tipo de antidepresivos.
Cuando se logra llegar al orgasmo en ciertas ocasiones y en otras no se le llama anorgasmia situacional y es totalmente normal. Se invita a probar distintas circunstancias pues el estrés, la pareja, el momento del día, la postura, entre otros pueden ser la causa. También hay que considerar la situación de la relación. Por ejemplo si existen conflictos irresueltos, falta de comunicación sobre las necesidades sexuales, violencia, falta de confianza, o simplemente falta de conexión, atracción o amor.
Por otro lado existe la anhedonia eyaculatoria, situación en la que sí ocurre eyaculación sin la sensación orgásmica placentera que la acompaña. Esto ocurre principalmente en hombres, y las causas son muy parecidas a las de la anorgasmia. Otras posibles son la inhabilidad de secretar ó procesar dopamina por causas fisiológicas o algún medicamento psiquiátrico; el exceso de vitamina B6, la baja testosterona, y los altos niveles de prolactina. El tratamiento psicológico así como el uso de oxitocina son los más comunes para resolver el problema.
En gran medida estos problemas se mejoran drásticamente al atender las causas psicológicas. El historial sexual propio es bastante importante, y es vital darle espacio, tiempo y mucho amor para trascenderlo. Todos merecemos poder sentir esa explosión maravillosa que nos llena de alegría y placer. Romper el silencio y hablar de ello es un paso indispensable. Si existe mucha confidencialidad de parte de tu pareja al respecto, transmítele la confianza y aceptación que requiera para que se exprese.